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CANCION DE NOCHE. Video and sound-installation. 2004.

Laden 5, Bad Ems, Germany. November 2004.

I invited the people from the region of Rheinland-Pfalz, Germany, to sing lullabies. I placed an ad in the newspaper and quite different people showed up. Even the lord mayor of the city sang. There are songs in German, Russian, Lithuanian, Portuguese, French, Arabic and Spanish, which shaped the sound track of the installation. The gallery where the installation was exhibited is placed in a central area of the city - an almost empty city - where the weather is very cold. Its gorgeous buildings are just tokens of a city which was rich at the beginning of last century but which is not anymore. The space is glazed all around save for a wall. On that wall there is a projection. As if looking through a window, we see snow falling; the movement is almost imperceptible.The loudspeakers which play the lullabies are set to the outside, from the gallery out to the city. The passers-by, the people who happen to be there just by chance, feel captivated by those voices singing in such different languages and keys, so softly, say with much humanity. The people react, get close, are moved. The space is partaken, intervened. I intended to dive in the identity of the place; to see deeper in its identity starting from childhood recollections, as a means of breaking that kind of shell which citizens bear (a city where nothing at all seems to happen).

It is a song of the night at night. Offered by the night to be heard at night. A song penetrates the black night.   Does it show a soothing presence, or is it, contrariwise, disquieting? A song which sings the night, a peaceful silence. A song which holds the child in its serene sleep, or a song which allows to plunge into the night of the time?

 

CANCIÓN DE NOCHE. instalación sonora + instalación video.

Laden 5, Bad Ems, Germany. November 2004.

Invité a la gente de la región (Rheinland-Pfalz, en Alemania) a cantar canciones de cuna, puse un aviso en el diario y vinieron personas muy diferentes. Inclusive cantó el alcalde de la ciudad.
Cantaron en alemán, ruso, lituano, portugués, francés, árabe y español, y esto constituyó la banda sonora de la instalación.
La galería en donde se exhibió está ubicada en el medio de la ciudad, una ciudad casi vacía, con construcciones bellísimas, donde hace mucho frío. Una ciudad que fue rica a principios del siglo pasado y que ya no lo es.
El espacio es toda vidriado, salvo una pared donde hay una proyección. Como a través de una ventana, se ve, casi imperceptiblemente, nieve caer.
Los parlantes están ubicados hacia afuera, los paseantes del lugar, la gente que se encuentra allí de casualidad, se siente atraída por esas voces que cantan diferentes canciones de cuna, muy suave, digamos con mucha humanidad.
La gente reacciona, se acerca, se siente atraída, se emociona. El espacio está intervenido.
Me propuse bucear en la identidad del lugar, en la identidad a partir de los recuerdos de niñez, una forma de quebrar esa cierta caparazón de los habitantes (ciudad donde parece que no pasara nada de nada).
Es una canción de la noche en la noche. ofrecida por la noche para ser escuchada en la noche.